La exposición prolongada a ambientes fríos durante la ejecución de trabajos en la intemperie (agricultura, obras viales) o en aplicaciones industriales (frigoríficos, bodegas de productos fríos, etc.) pueden provocar problemas de enfermedades, dependiendo de la temperatura y la velocidad del aire. La exposición prolongada al frío puede producir desde incomodidad, disminuir la productividad y aumentar los riesgos de accidentes y lesiones como congelaciones en los dedos de manos y pies, mejillas, nariz y orejas, llegando en los casos más extremos a causar muertes.
Por lo general, con una vestimenta apropiada, se consigue controlar y regular la pérdida de calor corporal para equilibrar los cambios de temperatura y humedad en el ambiente; la norma NCh 2762-2002 entrega algunas herramientas para la determinación de la aislación térmica requerida en vestimentas. No obstante, evaluar la exposición al frío y aplicar las medidas preventivas es fundamental para que los trabajos se puedan desarrollar en condiciones seguras.
Consideraciones básicas
Las condiciones mínimas exigibles para los trabajadores laborando en ambientes fríos se encuentran reguladas en Chile mediante el Decreto Supremo Nº 594 en el Capítulo 5 “De la Exposición Ocupacional al Frío”; artículos 99º al 102º; destacaremos dos interesantes puntos de este Decreto:
En el artículo 99º, se define como exposición al frío las combinaciones de temperatura y velocidad del aire que logren bajar la temperatura interna del cuerpo del trabajador a 36 °C o menos, siendo 35°C admitida para una sola exposición ocasional.
A su vez, define como temperatura ambiental crítica al aire libre, como aquella igual o menor de 10°C, que se agrava por la lluvia y/o corrientes de aire. La combinación de temperatura y velocidad de aire da origen a determinada sensación térmica representada por un valor que indica el peligro a que está expuesto el trabajador en la tabla de la izquierda.
En el artículo 101º del mencionado D.S. 594, se encuentra una tabla donde indica los limites máximos diarios de tiempo para exposición al frio en recintos cerrados:
Consecuencias de la exposición
La exposición laboral prolongada al frío puede producir o agravar diversas enfermedades laborales de diverso tipo. Destacaremos las respiratorias (Obstrucciones pulmonares, Asma) y músculo-esqueléticas.
La inhalación de aire frío y seco puede provocar problemas respiratorios, y suelen afectar más a mujeres y personas de tercera edad, siendo muy comunes cuando se realiza ejercicio. Dichos problemas son más notorios entre trabajadores laborando en el exterior (intemperie), en época invernal y especialmente si estos últimos son fumadores.
Por otro lado, durante mucho tiempo se ha hablado de que si se expone a bajas temperaturas existe el riesgo de contraer un resfrío, y que es peor si se está mojado. La mayoría de los médicos confirmaría que la causa de un resfrío común es un virus. Algunos estudios encontraron una incidencia más alta de resfríos en invierno, mientras que en países más cálidos como Guinea, Malasia y Gambia aumenta durante la estación de lluvias. La conclusión fue que cuando la temperatura es baja o está lloviendo, pasamos más tiempo encerrados, compartiendo espacios reducidos con otra gente y sus gérmenes. Sin embargo, no hay que olvidar que esto sigue siendo controvertido y los estudios sólo demostraron que más personas con frío reportaron síntomas de resfrío; no se hizo un análisis médico para cerciorarse de que definitivamente estaban infectados con el virus.
Respecto de los problemas músculo-esqueléticos, los trabajos de frío en interior poseen una actividad física moderada y de trabajo repetitivo, pudiendo provocar algunas lesiones debidas a estos efectos combinados que se traducen en una sobrecarga muscular y fatiga. Una solución podría darse con medidas organizativas, como un adecuado plan de descansos o rotaciones; cabe señalar que la capacidad muscular del trabajador se podría recuperar parcialmente mediante pausas activas.
A modo de comentario final, existe bibliografía que indica que los entornos fríos podrían agravar problemas cardiovasculares, de circulación periférica (Síndrome de Raynaud, Síndrome de la vibración mano-brazo (SVMB)) y generar problemas dermatológicos (Urticaria, Sabañones, Psoriasis, Dermatitis atópica); los cuales se pueden evitar utilizando las medidas de protección adecuadas, tales como indica el D.S. 594.
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